Se empieza por los cimientos, una piedra fundacional, un discurso... Se asienta en los libros, cartas, quizá en algún periódico o medio de comunicación. Y la ciudad nace. Empieza a nacer.
¿Será caótica o cada calle, cada manzana estarán previstas dentro de un diagrama convenido?
¿Será erigida teniendo en cuenta el clima, las características del lugar y de sus futuros habitantes?
¿O será como siempre, como generalmente ocurre, una mezcla de azar y capricho quién dirija su crecimiento?
Y luego ¿Cuáles serán las calles para el amor? ¿Los callejones para confesar crímenes? ¿Las casas donde la justicia nunca osará tocar a la puerta? ¿Dónde vivirá la inocencia? ¿Dónde se enterrarán los recuerdos dolorosos?
Son tantas preguntas.
Y yo aquí. En el centro de mi ciudad invisible, la ciudad que yo soy.
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