viernes, 17 de agosto de 2012

12. Afuera


   Allá hay un mundo invisible de cemento y ladrillo. Lo sabe. No lo sospecha.
  Allá hay un qué, un para qué, un cuándo, un dónde. Esclava de la noria de Cronos toma valor. Sale.
   Bajo la persistente llovizna se va erosionando su coraza de sueños.
    Sin darse cuenta se mezclan sus lágrimas con las del cielo.
¿Olvidó su paraguas? Lo olvidó o abandonó, aún no lo sabe.
  La lluvia deja una mansa tristeza en su alma que esquiva ríos con cause de asfalto y lagunas que fueron veredas.
  Y la tristeza se vuelve, sin saber cómo: ¿ es un juego, un desafío?
   Y una sonrisa se esculpe gota a gota en su cara.
  ¿Llegar? Ya a nadie importa.



                             Puentes:

24. Plaza
30. Recuerdos (¿Nostalgia?)
50. Camino



 

1 comentario:

  1. Cuando la ciudad es solo visible a los ojos de quién la recorre (en este caso la autora del blog) que importa si llega o no,ella las recorre y con cada paseo nos la muestra.
    A mi me alcanza

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