sábado, 13 de julio de 2013

59. Nada


“Pues sencillamente
no espero nada,
lo cual es la mejor manera
de estar preparado para lo que sea.”

   El bebé sigue llorando. Le dije a Martina que hiciese algo y me dice que tiene hambre. Martina es mi vecina, tiene unos quince años. Vive con su mamá y su hijo en el departamento de junto desde hace cerca de tres meses. La madre trabaja doble turno y Martina se queda sola con su niño. Pobrecillo lo que llora ese crío. 
   Los alquileres aquí son baratos, por eso no me mudo.
   Le di hace un rato una par de batatas para que le haga un puré. Me agradeció pero el nene sigue llorando.
Parece que se calmo. ¡Por fin silencio!
   El silencio es imprescindible para mí porque me permite pensar, y pensar es el primer y màs importante paso para lograr lo que sea. Lo que sea. Bien me lo dijo mi padre. Pensar es lo principal.
   Pero pensar por pensar, no. Pensar para estar preparado, preparado. Bien lo sabe cualquiera que haya vivido un poco: que la vida está llena de imprevistos. No es cuestión de que nos encuentre a mitad de la nada sin una idea sobre qué hacer.
   Es por eso que me dedico a pensar. 
  ¿Que de qué trabajo? En realidad estoy, lo que se dice, desempleado, y vivo de mis ahorros mientras me preparo para el futuro. Porque hay que prepararse para el futuro ¿cierto?
   Celeste no me entiende, cree que me he descuidado, que ya no me importa nada. Es por eso que hace meses que no me visita ni contesta mis mensajes. Ella cree que soy un vago, un holgazán. Lo dice porque no entiende.
   No entiende que me estoy preparando.
   No me miren así. Sé que no me he afeitado en días y bueno, mi ropa... Pero no puedo prepararme para el futuro y a la vez atender a esas cuestiones cotidianas. Lavar la ropa o los pisos son menudencias cuando hablamos del destino y no afectarán en nada mi mañana. Porque no hay relación entre lo que hacemos y lo que nos sucede. Ninguna.
   Lo que sucede es que ya no creo en eso de que uno construye su futuro. No me parece posible que el destino sea algo que cada uno vaya armando. Hay fuerzas superiores que nos guían y determinan a quién le irá bien y a quién, mal. Sólo hay que estar preparado. De un momento a otro llega una oportunidad y no hay que dejarla ir. Es ahí donde lo importante sucede. Y esa oportunidad va a llegarme, porque bien sé que volveré a ser uno de ustedes, con mi departamento céntrico y mi trabajo fijo, mi novia y mis sábados de películas. Lo sé porque es imposible que mi vida sea esto: un devenir constante, una nada que se prolonga hasta el infinito.
   ¿Son de esos que creen que debería tomar cartas en el asunto y salir a buscar mi futuro? ¿Así, sin garantías? ¿Qué dedique mis días a qué? ¿A golpear puertas? ¿A patear la calle? ¿Y por qué lo haría si nada de lo que anteriormente hice en mi vida me llevó a donde quería estar? Ahora ya no me queda nada. Ni ganas, ni fuerzas, ni futuro. Gasté todo lo que soy creyendo en esas tontas frases que intentan ilusionar a los incautos. Pero ya no más. Ahora sé la verdad: no se puede pelear contra lo que ya está escrito. Sólo resta estar preparado, mentalmente preparado, y esperar a que llegue el momento. 
   Yo lo estaré. Ya lo verán. Todo esto tendrá sentido a su momento. Cuando menos lo esperen seré uno de ustedes, uno más.
   Escucho golpear la puerta. Ha de ser Martina de nuevo porque el bebé ha vuelto a llorar. Disculpen que los deje pero debo atender. Con permiso.

martes, 9 de julio de 2013

58. Enero


Enero es verte de nuevo.
Enero es poder besarte,
Sentir tu calor: enero
Sentir tu pasión, incluso.

Enero es verano puro,
Vacación de vacaciones,
Amor de verano, dicen,
Vivir en el mundo, creo.

Enero, mi dulce enero,
volver a tus brazos quiero,
para resentir tu cuerpo,
para extrañar tus besos,

para recordar amarte,
para no olvidar quererte.

sábado, 6 de julio de 2013

57. Tía Sasa

No quiero tomar la leche. No me gusta así. Sasa sabe cómo me gusta a mí. Falta Sasa.
Sasa siempre me cuida porque mi mamá está enferma. Pero hoy me desperté y no estaba. Tampoco ayer.
La extraño. 
Le dije al tío que dónde estaba y no me respondió. Yo quiero ver a Sasa y reírme de su panza de mamá y ponerle nombres y ganarle a las cartas.
Tengo miedo. Todo está raro y nadie me quiere explicar. Falta Sasa.
Y encima el bebé que trajeron no tiene mamá y no encuentro a tía Sasa para que lo calme.

miércoles, 24 de abril de 2013

56. Formas

  Sabía que ese día llegaría. E intentó posponerlo. Inclusive creyó que poner, en manos del azar, su futuro, era una opción. Fue temerario. Arriesgó su vida absurdamente sólo por probarse a sí mismo que debía seguir adelante. Eligió las zonas más peligrosas para establecerse, durmió a la intemperie, comió lo que halló… Pero la muerte no intervino en sus aventuras y desventuras. Quiso creer que eso significaba algo. 
  Las mañanas sucedieron a las noches, y la inminencia de la decisión lo llevó a sentir que era aún posible continuar con su vida de sobresaltos a medida, de sibarita de los paseos y jardines públicos, una vida cuyos contratiempos le resultaban previsibles. Creyó posible una eternidad sin cambios, de amaneceres idénticos y soles repetidos. Sintió que el mundo podía dejar de empujarlo a ese abismo de incertidumbres que se acercaba, inminente. Sólo la muerte podía… pero no quiso. 
  Fue así que en una mañana especialmente cálida tomó la decisión de seguir adelante, de dejarse llevar, al fin, por su instinto. Una mañana en la que entendió que había nacido para ese día. 
  Los preparativos fueron arduos y llevados a cabo meticulosamente. Cuando todo estuvo al fin terminado, cerró por última vez sus ojos de gusano y soñó que volaba.

lunes, 18 de marzo de 2013

55. Agua



Inasible cristal de vida,
transparente esperanza,
asesina creadora,
mutable y sensible
alma gitana.






viernes, 15 de marzo de 2013

54. No me besés



--No hay nada de mágico en estar enamorado. Sucede a menudo y la mayoría solemos reincidir en ello. Claro que están los amores de toda la vida y pues, da vergüenza, a su lado, comentar tales recaídas. Pero son los menos. En general el amor tiene un plazo de vencimiento y sólo por artes de brujería puede extenderse.-- Le advertí-- Estela, por ejemplo, sostiene que su roscón de reyes es la causa de sus diez años de matrimonio. Yo sospecho más de sus madrugones de café doble preparándole el desayuno a Gustavo antes del trabajo. Pero ¿cómo contradecirla?  Por eso es mejor si no me besás. Porque si no empezará a terminar esto que tenemos. Mejor si nos aferramos a esta cotidianidad sin hechizos. Porque después de un beso todo cambia.
Luciano hizo un gesto con su dedo índice en mis labios. Quizá pidió que me callara.
-- No me besés—supliqué pero él no me hizo caso. 
Fue un beso dulce e intenso, inolvidable...
Ahora él es una criatura horrible en una caja de zapatos. ¿Murciélago o vampiro? Nunca entendí la diferencia. Como sea, creo que lo mejor será que esta vez Estela me ayude en la disección, así cuanto antes lo coloco con los demás incrédulos y termino con este asunto desagradable.

miércoles, 13 de febrero de 2013

53. Extranjera


"Y me separo siempre
extranjero"
Ungaretti en Vagabundo
Mis lágrimas duermen
en la eterna noche:
Hallaré una casa
para mis temores.

La noche sonríe
con dientes de plata
cerrando sus ojos
al mundo que pasa.

La noche, las noches,
iguales, distintas,
ajenas, lejanas,
y siempre la misma.

Jamás una noche
fue del todo mía;
jamás una tierra
me hizo compañía.

Extranjera siempre
me sentí en el mundo
O solo perdida:
sin guía ni rumbo.

¿Hallaré una patria
en la noche incierta?
¿Seré parte de algo
antes que amanezca?

Mis dudas parecen
el canto de un niño
que extraña su casa
porque siente frío.

jueves, 24 de enero de 2013

52. No quiero

Matías vive conmigo desde hace seis meses en Phisas. Es una pequeña isla al noroeste de Japón. Está poco habitada en comparación con las ciudades a las que estamos habituados pero la gente por aquí es muy amable.
La decisión para él fue difícil: dejar su México natal y emprender semejante travesía a mí lado le ha de haber costado más de lo que dice. Pero me ama. Con esas palabras acalla todos mis peros. Y me desconcierta. No puedo creer que se haya vuelto cocinero en la fonda local. No él, que tendría un futuro brillante de arquitecto si aprobara esas tres materias que tiene pendientes.
Por mi parte, mi licenciatura en lenguas aquí me es útil de tanto en tanto cuando algún biólogo o turista se aparecen de improviso.
Digo de improviso porque no mucha gente sabe de la existencia de Phisas. Los mapas casi no nos mencionan y los pocos individuos que aquí llegan suelen ser náufragos o almas perdidas.
Lo extraño es que yo no soy ni una ni otra cosa. Por eso nadie entiende por qué estoy aquí.
Tampoco Matías lo entiende.
Cuando le dije que dejaría México, hace ya diez años, él me sonrió incrédulo. Le llevó un tiempo comprender que no le mentía.
Mi itinerario inicial no incluía Asia ni Oceanía. Pero de barco en barco, de crucero en crucero fue naciendo en mí el hambre de lo desconocido. Y las postales empezaron a espaciarse y a alejarme más de México.
Aprendí mucho. Conocí mucha gente. Mi viaje parecía interminable. Sin embargo, no fue así. 

Mi destino se cruzó con el de Clew en un transoceánico, a finales de junio. Compartíamos cierta inclinación hacia los atardeceres de altamar y no tardamos en hacernos amigos, compañeros y amantes.
Supe de Phisas por él, y fue tal la magia de sus palabras que no pude menos que seguirlo. 

Law nació en nuestra luna de miel y supe que mi vida cambiaría para siempre y sin embargo tardé en darme cuenta de qué modo lo haría. Lo siguiente que recuerdo es el verano y esa noche sin luna en la que Law devoró a su padre mientras lo arrullaba.
Y es así que estoy, aquí, desde hace ya una pequeña eternidad, junto a mi hijo. Matías vino a cuidarnos, dice. Yo no quiero que sepa nada más.

viernes, 18 de enero de 2013

51. Noche

La noche es mueca pálida 
entre mil sueños,
que despierta y abre
sus ojos
tristes.

La noche es nubes dormidas,
suaves promesas, 
que buscan y labran
su hogar
de estrellas.

La noche es refugio azul,
un para siempre,
un morir en sus 
brazos,
un no
despiertes.


Ciudadano que espías,
esta, mi noche
no ovidés sonreirle
al horizonte.

lunes, 14 de enero de 2013

50. Camino

"Fija en la mía tu mirada (...)
pues dan mis ojos a un paisaje interno" 
Pedroni, José: 
Deshojamiento*



  Hace calor. No llueve ni espera llover. Miro la claridad del día e intento imaginar algo distinto. Pensar en la frescura encerrada en un vaso de agua, concentrarme en el vaivén de un abanico de apuntes desechados descuidadamente improvisado. 
  Dónde debería estar si... Y un mar de puñales me aguijonea la garganta como si el mundo se hubiese impuesto a sí mismo. 
  No hay nada que decir, al respecto, que no se haya dicho.
  No es extraño que me sienta un amorfo grumo de ilusiones, fantasías y sueños, un todo de deseos irrealizables o irreconciliables conmigo, un algo que camina en el medio de la nada. 
  Mi equipaje, improvisado por la desesperación, apenas si lleva lo necesario para un viaje, que sin brújula, debo hacer para conquistarme, para vencerme, para ser.
  ¿Un viaje hacia dónde? Quizá hacia mis sueños, hacia mi intento de disfrutar del mundo, de vivir el presente.
  Nada fácil: océanos de angustia, mares de desesperación, ríos de miedos, lagos de olvido que atraviesan mi ser y siempre me han vencido.
  Los requisitos son muchos...Tener una tripulación adecuada. Saber llevar el timón, río arriba, hasta el principio. Adivinar el punto justo para abandonar la embarcación, y transitar a pie por los valles y montañas que me separan de mí, que me ocultan. Confiar en mis fuerzas, confiar en mí. Saber que lo difícil nunca es imposible, nunca mientras yo crea que no lo es. Y tener presente que cualquier grieta en mi fe, cualquier desmoronamiento de mi voluntad podría acabar con todo.
  Parecía improbable que llegara más allá. Es más, mucho tiempo me llevó ese tramo del viaje y, sin embargo, aún no estoy cerca del final ni vencí ante las peores pruebas porque  después de las montañas sobrevino el desierto, y en el desierto la fe en uno no alcanza.
  En el desierto debo servirme de lo que tengo en mi mochila. Debo sobrevivir con lo que he recolectado en la vida y en este viaje. Y debo encontrar una estrella que sea mi punto de referencia, mi guía, o me perderé irremediablemente: no será como en el océano, donde las corrientes nos arrastraban, y los animales nos orientaban, donde los mapas trazaban rutas que seguir. Aquí no hay mapas. Sólo un oasis oculto al que quiero llegar, pero a donde no sé llegar, y en ese oasis, algo...
Tengo sed, mucha sed, el calor es casi intolerable, pero camino.

Puentes:


48. La mentira inconfesable
22. Encuentro

miércoles, 2 de enero de 2013

49. Recomenzando

  Noche vieja. Año nuevo. La idea de recomenzar es tentadora. Decir: a partir de hoy... y soñar despierta.
  Creer, pensar, anhelar que el 2012 desaparezca y saber, que aún así, con todas sus pompas y sus mañas, fue un año necesario para que yo esté ahora aquí.     Fueron sus idas y sus vueltas las que me ayudaron a encontrarme con mis ciudades y con las de otros; tener valor para enfrentar mis miedos y cobardía para superarlos, ser fuerte y débil, inteligente y tonta, adulta y niña.
  Fue un año par, un año lleno de etapas y sinsabores, aunque no faltó en él la alegría y la compañía de mis amigos de lejos, cada vez más cercanos.
  No puedo ni quiero borrar nada, sólo cicatrizar ese 2012 que se aleja despacito para que 2013 sea un año de construcciones, de proyectos, de futuros, de metas. Y que los logros queden para más adelante, porque lo que importa es disfrutar del camino.


Puentes: