Tendido en el piso miraba alternativamente el techo y la ventana. Algo de horroroso había en la habitación vacía de gente. Encendió la estufa.
Usando de respaldo la cama, en cuclillas, rodeando con sus brazos la estufa a querosén, ahora miraba la televisión con avidez de alienación, con el afán de la gota de agua de perderse en el mar.
Comer, dormir, realizar las labores domésticas o cumplir con obligaciones laborales no parecían importarle, ni siquiera por necesidad.
(2009)
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09. Silueta |
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