—Tu cometido era visitar las ciudades de mi Imperio y traerme el testimonio de su gloria para que yo pueda poseerlo de veras, con mi corazón, no sólo con mis armas. Has viajado durante años. ¿Esto es cuanto han visto tus ojos?—Gran Kan, he recorrido tu vasto Imperio de un confín al otro; a pie, a caballo, y en barco. He visto ciudades inimaginables y he imaginado ciudades imposibles de ver: ciudades pasadas y futuras, utópicas e infernales. Pero el libro que sostienen tus manos no encierra la geografía de tu Imperio, sino la mía propia, porque, a fin de cuentas, todo viaje es un viaje interior."
Ítalo Calvino; Las Ciudades Invisibles.
Las ciudades de las que hablaré son aquellas en donde he vivido, a las que he visitado o creado en mi interior. Las ciudades que me han hecho quien soy: estuvieron (¿están?) bajo mi dominio... conforman mi imperio invisible. Ciudades cuya existencia, incluso yo, apenas conocía...
Cierto día, mientras conversaba en silencio con Marco Polo, sin saber por qué, le pedí, como el emperador de los tártaros lo supo hacer, que me describiese esas ciudades...
Cierto día, mientras conversaba en silencio con Marco Polo, sin saber por qué, le pedí, como el emperador de los tártaros lo supo hacer, que me describiese esas ciudades...
Anotaré en este blog lo que recuerdo de su respuesta de entonces... Aún oigo su susurro en mis oídos...
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